La fiesta más loca volvió a Portugal en pleno carnaval con una propuesta que va más allá de la música con su fiesta psicodélica Hallucinarium

Sabemos que Lisboa es una ciudad con alma de fiesta. Su herencia cultural junto con su amor por la música y sobre todo su gente, con un carácter muy abierto, la han convertido en un punto de referencia para eventos de la escena de la música electrónica. Pero lo que ocurrió en la Feira Internacional de Lisboa la noche del 1 de marzo, la verdad es que no fue una fiesta sin más. Fue toda una experiencia para alucinar.

Elrow, sinónimo de desenfreno, llegó con muchas ganas a la capital portuguesa que ya estaba preparada durante horas antes gracias a la energía del carnaval. Durante la tarde, las calles estaban llenas de gente disfrazada, bailando por la calle y había también música y desfiles, la previa perfecta para todo lo que nos esperaba dentro de la Feira Internacional de Lisboa.

Esta vez, la temática estaría vinculada, como ya lo fue en otras ocasiones, a la psicodelia con Hallucinarium y que mejor para ello que la colaboración con los artistas Alex & Allyson Grey, pareja icónica dentro del arte psicodélico, quienes diseñaron el recinto para darle vida. El arte psicodélico y la performance se mezclaron en un espectáculo, desafiando la percepción de los asistentes.

Desde que entramos al recinto, el impacto visual fue alucinante. Las instalaciones de Hallucinarium parecían sacadas de un sueño. No se trataba de una simple escenografía: la arquitectura parecía moverse y tener vida propia debido a los efectos ópticos, con dioses multicolores elevándose entre la multitud y geometrías sagradas que se descomponían en fragmentos. Los Hallucinangels y los Moongoats recorrían el espacio, interactuando con el público y amplificando la sensación de estar dentro de una realidad paralela.

Obviamente todo este espectáculo visual necesitaba su hilo conductor sonoro y Elrow reunió un cartel de artistas muy variado y realmente sorprendente.

Miguel Rendeiro b2b Tiago Cruz inauguraron la velada, con un set de precalentamiento que nos encendió a todos los que estábamos en la pista. Se notaba que ambos son artistas importantes dentro de la escena electrónica portuguesa, ya que supieron entender a su público a la perfección.

Más tarde, pudimos disfrutar de N!do, una joven promesa del tech-house que con tan solo 24 años se convirtió en residente de Elrow gracias a convertirse en el ganador del concurso Up&coming Talent hace ya dos años. Nos atrapó a todos con sus temas y además pudimos escuchar su primera producción llamada My Shit.

Cuando la cosa se estaba poniendo todavía más caliente llegó Korolova con una elegancia inconfundible. Su set estuvo lleno de vocales profundas y sobre todo de mucha melodía lo que hizo que su sesión fuera muy emocional pero a la vez energética. En él pudimos disfrutar en directo de su último lanzamiento Say Hello junto al sello discográfico Armada Music.

En cuanto a Hugel, siempre fiel a su estilo festivo, fue capaz de convertir la pista en una celebración constante; porque aunque sus raíces son francesas, tiene una marcada influencia latina que se nota en cada uno de sus sets, pudiendo disfrutar de auténticos temazos remezclados como el de Lamento boliviano en su versión Latin Tech House. Pero sin duda uno de los grandes momentos de la noche fue cuando pinchó su tema I Adore You que nos transportó directamente al verano pasado en Ibiza.

Y bueno, todo hay que decirlo, tanto lo bueno como lo malo. Y es que cuando De la Swing se puso a los platos, hubo un antes y un después en esa noche. Quizás también porque el volúmen se elevó y la música era aún más contundente. Su selección de tech-house, con bajos marcados, sinceramente, creemos que nos marcó a todos. Pero es que este artista no podía fallarnos ya que sin productores como él no se puede entender la esencia musical de Elrow.

Pero fue Indira Paganotto quien llevó la experiencia al máximo. La representación de España aquella noche fue fiel a su estilo que, como ya sabemos, oscila entre el techno y el psytrance, construyendo un set que no solo nos hizo bailar, sino que hizo que nos volviéramos locos. Fue tal el cambio de tercio, que lo dimos todo. Aunque no relacionemos la música de Indira con Elrow ni con el resto de artistas de aquella noche, al tratarse del último set fue algo que necesitábamos, un empujón de fuerza para rematar la velada. En su sesión, el mítico tema que siempre pincha pero que nunca pasará de moda Eins zwei polizei se convirtió en un momento de éxtasis, seguido, obviamente por un torbellino de tracks ácidos y también algunos propios del trance que combinaban a la perfección con la temática de la fiesta.

Elrow de Lisboa no fue solo una fiesta, fue una demostración sobre cómo el arte, la música y la percepción pueden mezclarse en una experiencia total. La fusión entre la decoración, el confetti, la selección musical de los DJs y la energía de los asistentes creó algo que nos enganchó.

Salir del recinto a la mañana del día siguiente fue una locura, como si hubiésemos estado en un sueño todo esa noche, donde aún se nos erizaba la piel al recordarlo todo. Lisboa alucinó con Elrow pero nosotros, también.





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