Carlos Pego ha dedicado su carrera a fusionar creatividad, música y cultura urbana, construyendo así una trayectoria y un currículum en la industria de la música electrónica y el clubbing  en la que ha tocado todos los palos. Solo hace falta tener una breve conversación con Carlos, sea del tema que sea, para percibir una sensatez especial para lo joven que es. Esa mesura se refleja en su actitud, un ademán despreocupado pero firme, que claramente refleja una pasión incombustible por crear.

A través de proyectos como su trabajo de consultoría y dirección creativa en revistas como TAGMAG, Mixmag Spain y DJ Mag ES, ha ido adquiriendo un vasto bagaje y una comprensión profunda de todos los entresijos posibles dentro la industria musical. Esto le ha permitido no solo dominar todos los aspectos del proceso, sino también gestionar y ejecutar cualquier proyecto desde cero, con la seguridad y habilidad de un verdadero ‘hombre orquesta’. Tanto es así que, mientras sigue dedicando su tiempo libre a explorar su amor por la fotografía, se ha puesto manos a la obra para formar parte de una agencia de comunicación y relaciones públicas, un proyecto que le permite canalizar y aplicar de forma práctica todos los conocimientos y experiencias que ha acumulado sobre la cultura urbana, y que se ha materializado a través de Etra Agency.

Teniendo en cuenta esta particular carrera, todo parece indicar que el curso natural de las cosas le llevará a seguir encadenando propuestas creativas en pos de conectar ideas frescas con la autenticidad de las generaciones actuales. La inquietud por probar cosas es algo inevitable para personalidades como la suya y lo más probable es que antes incluso de terminar un proyecto, le encontremos tramando el siguiente.

¿Qué te motivó a dedicarte al mundo de los eventos musicales?

De pequeño me fascinaba ir a teatros, conciertos y cualquier tipo de espectáculo en el que hubiera música, escenografía y elementos que consiguieran generar emociones en los espectadores. Eso unido a la curiosidad que me despierta saber cómo funcionan las cosas, hizo que poco a poco fuera interesándome por los trabajos tan importantes que hay detrás de cualquier producción artística y que a menudo pasan muy desapercibidos. Trabajé para una pequeña productora audiovisual que tenía mi tío, de quien aprendí muchísimo. Ahí, además de trabajar en proyectos relacionados con la producción de eventos también descubrí otra de mis pasiones que me ha acompañado desde entonces, la fotografía.

¿Y en qué momento te adentraste a la escena clubbing?

Soy de Tarragona, una ciudad que cuando yo era joven tenía pocas opciones para salir de fiesta. Un jueves que salí con mis amigos y llevaba mi cámara encima para inmortalizar la noche, se me acercó el director de la sala y me preguntó si podía hacer fotos también al resto de asistentes y al deejay que esa noche actuaba. Al día siguiente me tomé la libertad de mandarle junto a las fotos un listado de ideas que, desde mi punto de vista, ayudarían a que gente que yo conocía fuera más a menudo al local. Supongo que nunca nadie, de mi edad, se le había dirigido para proponerle cosas frescas para que el público más joven se sintiera cómodo y, a los pocos meses, estaba dirigiendo la parte comercial del club. Al año siguiente, mientras estudiaba en Barcelona, acompañé a un amigo que habían contratado para pintar un mural —en una fiesta en la que actuaba Nach Scratch y ZPU— para hacerle cuatro fotos. En ella, conocí a los promotores Jassi González y Oriol Pamies, con quienes establecí rápidamente una relación de amistad que a día de hoy perdura hasta el punto en que hoy soy socio junto a Jassi en varios proyectos. Conjuntamente hemos producido eventos en clubes y también festivales en recintos con mayor aforo, no solo de música electrónica, sino también de cantantes urbanos como C. Tangana, Ozuna, Rels B, etc..

¿Cómo abordas la fotografía en contextos tan dinámicos como eventos o clubes nocturnos, donde las luces y los movimientos son impredecibles?

Es algo que al principio puede resultar abrumador porque según los ajustes que tengas en la cámara, cada vez que hay un strobo, un robot cambia de color o se enciende una cegadora la imagen puede quedar sobreexpuesta, totalmente quemada e inservible. En clubes, por ejemplo, al ser recintos oscuros necesitas priorizar la captación de luz, es decir abrir mucho el diafragma, hacer exposiciones más largas o aumentar la sensibilidad ISO, pero debes tener en cuenta que cada uno de estos ajustes te penalizará probablemente por otro lado. A mayor apertura de diafragma, menor distancia focal. Cuanto más larga es la exposición, el resultado será menos estático y los sujetos quedarán en movimiento. Y a mayor sensibilidad ISO, aparecerá más grano y ruido en la foto, hasta el punto de ser inservible. Yo personalmente siempre disparo en manual, pero eso es algo que solamente la experiencia y decenas de miles de disparos te brindan la seguridad suficiente para hacerlo. Por suerte para muchos, los sensores y los procesadores de las cámaras son capaces de captar tanta información que el margen de corrección en postproducción es mayor.

¿De qué manera logras que tus fotografías transmitan la energía y la conexión emocional de un evento en vivo?

En mi caso, alternando fotografías hechas con lentes gran angulares donde captas la atmósfera, la programación de luces en un plano general, los visuales y demás efectos con fotografías de primerísimo plano de robados, es decir imágenes donde aparecen personas que no son conscientes de que las estoy fotografiando, con un teleobjetivo que suele ser de 200mm. De esta manera captas la esencia de las personas disfrutando, bailando, en su versión más auténtica y natural.


¿Qué papel juega la fotografía en tu proceso creativo? ¿Cómo complementa o influye en tu trabajo de dirección?

Intento aplicar mi sensibilidad por la estética visual a cualquier tipo de proyecto. Me es muy útil cuando quiero trasmitir una identidad concreta al equipo de fotógrafos de los eventos en los que soy promotor, lo mismo con la elección de fotografías del espacio o de los artistas que forman parte del cartel para la comunicación y venta. En Mixmag Spain y anteriormente en DJ Mag España, por ejemplo, velé para que ambas revistas tuvieran siempre una estética visual a la altura y acorde con las tendencias del momento.

¿Cuáles son tus funciones en los proyectos que actualmente tienes en marcha?

Me considero una persona muy inquieta, si no sé sobre algo intento aprenderlo, ya sea consultando a profesionales del sector o tomándome mi tiempo leyendo sobre ello o viendo un tutorial en Youtube (risas). En todos estos años he hecho de todo, a nivel creativo he diseñado flyers, maquetado una revista, desarrollado una identidad de marca y disparado un shooting de editorial o portada. En mi faceta más de gestor he sido y soy promotor de eventos y gestor de ticketing, y también he participado en estrategias de marketing y comerciales. Mi rol actual se definiría más por la fusión entre un director creativo y de operaciones, guiando a un equipo que cuenta con diseñadores, creadores de contenido, redactores y project managers. Con el paso de los años, he tenido la suerte de poder incorporar en los proyectos a grandes profesionales que nos acompañan en las ideas locas que se nos van ocurriendo por el camino y con los que estoy muy agradecido de formar equipo.

¿Cómo percibes la evolución de la música electrónica y la cultura clubbing en términos de estética y narrativa visual en los últimos años?

Indiscutiblemente ha sido una evolución abismal, nunca antes había tenido tanta importancia el tener una identidad visual en un proyecto musical, sobretodo en la electrónica. Años atrás parecía que si no vestías totalmente de negro no te tomaban en serio en la industria, todo era oscuro y misterioso. La música electrónica —y en especial el techno y sus géneros derivados— se han vuelto más mainstream, lo que a su vez ha permitido que los propios artistas puedan crearse su propia identidad visual, con la que ellos se sienten identificados sin importar lo que el género establecía anteriormente.

¿Tienes algún proyecto reciente al cual quieres dedicar especial mención?

A inicios de este año lanzamos nuestra agencia de comunicación y relaciones públicas, que se especializa en marcas y artistas sobre todo del sector urbano, Etra. Nuestro fuerte es el conocimiento de la industria desde dentro, del lenguaje del target consumidor y de las tendencias que siguen, siempre rodeándonos de profesionales que están al día en el sector de la música y la moda, dando oportunidades a jóvenes que, aunque no tengan tanta experiencia, rebosan sus ganas de aprender y de aportar. La moda urbana actualmente está presente en géneros musicales más allá del Hip-Hop, Trap, Rap, etc., y también forma parte de la identidad en artistas de géneros y subgéneros de la electrónica.

¿Qué diferencias encuentras al trabajar con marcas comerciales versus proyectos más artísticos o underground en la escena clubbing?

Lamentablemente el budget es una de las grandes diferencias. Utilizar los recursos sin devaluar el trabajo de cada persona implicada es de las responsabilidades más difíciles que puede haber y probablemente la clave del éxito en estos casos.

Después de esta interesante charla donde hemos podido conocerte mejor y, sobre todo, donde hemos visto que a nivel laboral has llegado a prácticamente todos los niveles dentro del mundo creativo, gestión de eventos, fotografía, etc., me pregunto si hay alguna vertiente que todavía te quede por explorar y tengas ganas de aprender sobre ello.

Por supuesto (risas). Me fascina el mundo de la animación 3D y es algo que apenas he tocado. Así que me encantaría aprender a utilizar herramientas de software como Blender que, además, es un programa gratuito.





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